
Para apartarme del atentado, no por negarlo o por indiferente, sino porque me pone nerviosa cosa que trato de evitar a toda costa y, como no había nada mejor que hacer, me puse a ver el blog. Me critiqué por cierto al releer pero encontré un post donde decía bla bla, varias cosas y además que hacía séis días había dejado de fumar. Se me ocurrió comentar que al principio andaba por la vida tomando agua como loca para no comer, sino la cosa iba a ser peor.
Estuve ansiosa, más que nunca, rabiosa, furiosa y todos los osa que pudieran existir. Creo que me duró una semana este estado.
Todo lo que pensé, imaginando que un monstruo me comería las entrañas por la abstinencia, no sucedió. Yo fumaba tres paquetes por día, y si había fiesta mm, adicta sin vueltas y por eso mi fantasía me advertía: no vas a poder! Qué maldita...no me dijo que no era tan tremendo!
No voy a negar que se extraña, sobre todo en algunos momentos...me encantaría! pero sería como abrir el frasco de aceitunas.
He detestado siempre a los que molestan con: hay que dejarlo! nunca lo permití para mí. El sentido de éste no es contar que hace mucho mal, que lo que enfermó ya está, no tiene solución, aunque algo se puede mejorar.
Sí puedo decir que disfruto más de la comida porque increíblemente tiene otro sabor, los olores, para bien y para mal son otros. Que puedo caminar lejos sin fatigarme, que estoy mejor.
Qué se yo...sólo eso.
No voy a negar que se extraña, sobre todo en algunos momentos...me encantaría! pero sería como abrir el frasco de aceitunas.
He detestado siempre a los que molestan con: hay que dejarlo! nunca lo permití para mí. El sentido de éste no es contar que hace mucho mal, que lo que enfermó ya está, no tiene solución, aunque algo se puede mejorar.
Sí puedo decir que disfruto más de la comida porque increíblemente tiene otro sabor, los olores, para bien y para mal son otros. Que puedo caminar lejos sin fatigarme, que estoy mejor.
Qué se yo...sólo eso.
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