las gatas locas

Otra vez llueve, este mes vino pasado por agua y yo me sigo colgando en el trabajo.

Mirando por la ventana a unos señores que están parados en la vereda de enfrente conversando, se me ocurre pensar en la amistad.

Una amistad especial porque es virtual, aunque nosotras la sentimos tan real como si nos encontráramos todos los días en un boliche a tomar un café.

Compartimos con mis amigas de internet muchas charlas, alegrías, tristezas que van surgiendo en nuestras vidas, hablamos de nuestras familias, de nuestras mascotas que para nosotras son tan importantes y queridas ,si una desaparece unos días, alguna seguro llamará y se enterará de lo que pasó y lo contará al resto del grupo,el año pasado yo estuve internada por un problemita y mi contrario no podía creerlo:"te llamaron de España, de Bahía Blanca para ver cómo estabas". Maravilloso!

Existe una especie de comunión de ideas que hace que nos llevemos muy bien y no es que pensemos igual, pero coincidimos en cosas básicas y creo que sentimos que nos enriquecemos con esta amistad.

Hemos aprendido cosas de los distintos países, de sus costumbres, y también a veces discutimos claro, pero dura poco.

Pat, Eli, Lena, Marina,Cibercris, Marianna, Marian y yo, "las gatas locas". Fue muy bueno conocerlas y muy gratificante. Aunque otras personitas quedaron en el camino, vos no Juli!, pero siento que una gallega, una madrileña, una asturiana, una uruguaya, una griega que escribe perfectamente el español, y dos argentinas, dos citadinas Cris y yo y Eli de Bahía Blanca, mantendremos este lazo tan fuerte.

Y tal vez un día, en algún lugar, concretemos nuestro sueño de encontrarnos, para poder darnos un beso y un abrazo como el que ya tuve el gusto de darme con Disa de Barcelona.

Noto, que al soltarme un poquito del psp( programa para dibujar) y andar curioseando por otros rumbos, sigo encontrando personas tiernas y sencillas, con las que también puedo entenderme perfectamente.

Amo de veras este espacio que nunca sé cómo llamarlo, más que internet para mí ha sido un puente en el que he conocido mujeres y hombres extraordinarios, o mejor aún: buena gente.