Bronca...

siempre hay una primera vez, dicen, y me tocó ayer bancarme una situación medio miserable..
En mi lugar de trabajo gozo de un cierto reconocimiento por parte de algunas personas por los años que hace que trabajo ahí y supongo que por otras cosas más.
Esto no termina nunca de meterse en mi cabeza, por lo que obro siempre como una compañera más, quizás esa actitud se confunda, parezca blandura (si existe el término)y les dio pie para joderme, no se si con intención porque hasta esa duda tengo..pienso que en algunos casos tienen anteojeras y solo ven para adelante y arremeten caiga quien caiga.
El tema es que yo tenía una especie de grupo favorito y confidenciaba cosas con ellas, está mal!! soy conciente pero había casi amistad..juas...
Por suerte no tuve problemas salvo el mal momento que pasé por la situación desagradable de enfrentamiento con otra gente por comentarios de mis "amigas"
La relación siempre fue cordial con ellas, amigable totalmente...qué es lo le pasa a la gente cuando tiene miedo? Qué hace que por salvarse puedan lastimar a alguien sin sentir remordimientos? En fin son preguntontas que no puedo responder porque no conozco tanto de la conducta del ser humano al sentirse amenazado..en este caso, en vez de enfrentar directamente a quien debían, me usaron a mi porque era más fácil, dejándome indefensa.
Insisto no estudié sicología, lo que sí sé es que no me comporto de la misma forma. El miedo hace que alguna gente se paralice y otros se llevan puestos a cualquiera por ganar un peso más..que sus conciencias le den lo que merecen. Salvo el título que se parece a mi estado de ánimo no tiene mucho que ver, sólo que verdaderamente uno a veces está grrrrr y puede llegar a agarrársela con cualquiera..y no es el caso..justo ahora que nos estamos entendiendo. Además siempre me pone de buen humor leer a Mario Benedetti.

tendré que ser más duraaaaa ja

Balada del mal genio

Hay días en que siento una desgana de mí,
de ti, de todo lo que insiste en creerse
y me hallo solidariamente cretino,
apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me parezca un aceptable augurio.

Días en que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veras que mi nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguido de la nómina de parientes y amigos
y de todo el indócil personal a mis órdenes.

Hay días que ni siquiera son oscuros,
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión...
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.

Días en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah... tal vez no hace tanto que salía la luna limpia
como después de un jabón perfumado
y aquello si era auténtica melancolía
y no este malsano, dulce, aburrimiento.

Bueno, esta balada sólo es para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en cuenta.