6/10/2005

sin razón...

Un simple comentario,
una palmadita en el hombro,
una mano en la cabeza,
un apretón con más presión que el segundo establecido...
son toquecitos mágicos que pueden
lograr mi cambio de ánimo,
de color gris subido a verde brillante.

Nada de eso ha sucedido
y sin embargo y por suerte, hoy la vida es medio fuccia
a pesar de la lluvia que invita a la melancolía.

Aun con el sin parar de esas lagrimitas naturales

que caen desde hace días,
contínuas...aburridas,
mi panorama especial y personal... se entremezcla
con matices de ocres y amarillos.


Lo malo? no sé porqué. Lo bueno?sucedió.


Este sin ton ni son, me recordó esta maravilla de Benedetti, que dice:
Como siempre
Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles

entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores

buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
y estés linda

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